domingo, 29 de diciembre de 2013

El monasterio de la aldea flotante del Lago Inle - Birmania (Burma)


El Lago Inle (Inle Lake) normalmente es parte de los tours que se organizan por Birmania (o Myanmar, como se le conoce en inglés). Muchos aún conocen al país por su tradicional nombre de Burma. Para viajar hasta la región del Lago Inle desde la Yangon, la capital, lo más conveniente es hacerlo en avión. Comprar un pasaje de avión en Birmania es de lo más simple posible. Generalmente basta con presentarse en el aeropuerto, preguntar cuándo sale el siguiente vuelo, y comprar el pasaje aéreo. Los pasajes de avión internos son muy baratos, y el aeropuerto es tan rústico y básico que afortunadamente está por fuera de todos los protocolos de procedimiento y seguridad que hoy día caracterizan los aeropuertos del mundo globalizado, y que por suerte no tienen razón de ser en Birmania. Los turistas generalmente se alegran del ambiente amigable del aeropuerto, a pesar de la sencillez y pobreza de los servicios básicos.

Llegado a la región del Lago Ingle, al salir del aeropuerto hay que contratar un automóvil (si no se hizo previamente) y conducir hasta alguna de las aldeas cercanas al lago para pasar allí alguna noche y realizar los paseos en bote y los recorridos culturales por los monasterios y aldeas. También es posible coordinar para pasar la noche en alguna aldea flotante si se desea.


Uno de los paseos más interesantes que se puede hacer cuando se visita esa área es el paseo en bote por el lago, pasando por algunas de las antiguas aldeas flotantes, muchas de las cuales tiene muchos siglos de antigüedad. Lo interesante del recorrido es visitar algunas fábricas flotantes, casa, tiendas, granjas y monasterios. Todos ellos flotantes. También es interesante ver a los aldeanos trabajando en comunidad para construir casas para nuevas familias. Algunas de las fábricas que se pueden visitar son las de papel de cáñamo, artículos de laca natural, platerías, joyerías, hilares, fábricas de alimentos, y varios tipos de artesanías. Las granjas flotantes también vale la pena conocer. Cuando se pasa por ellas a veces el barquero nos avisa que podemos bajar, y entonces pisamos y caminamos encima de la granja flotante donde se cultivan diferentes tipos de vegetales. En muchas partes sólo puede pararse una sola persona, pues la vegetación sólo resiste el peso de una persona sin hundirse.

El principal templo flotante del lago (templo budista) también es muy antiguo e imponente. Es grande y muy hermoso, y posee una historia muy interesante. Justo en el centro del templo principal se encuentran las reliquias principales, que consisten de cinco estatuas de Buda que sin embargo parece cinco formas parecidas a enormes huevos dorados. Durante varios cientos de años de tradición los locales han estado yendo al templo a rendir honores a Buda mediante la costumbre de agregar láminas de oro a la hoja a estas antiguas estatuas. Y el resultado es que a lo largo de los siglos el oro total agregado ha aumentado el tamaño de las mismas hasta perder la proporción y la forma original. Hoy ya no se distingue la forma de Buda, sino que se ven huevos dorados donde la gente sigue agregando más y más láminas de oro puro de 24K. Por suerte, para asegurarse la calidad de las láminas de oro utilizadas, hoy en día sólo está permitido colocar las que se venden en el templo mismo, y cuya calidad está certificada.

Hay una historia interesante que involucra estas estatuas de Buda. Sucede que cada año hay un día específico en que se realiza un festival budista y para tal fin se prepara un barco con gran parafernalia para buscar estas estatuas y llevarlas en procesión hasta otro templo, donde permanecerán hasta el final del festival. Luego de lo cual son traídas de regreso a su lugar original en el templo flotante. Pero ocurrió un año que a causa de una tormenta el barco naufragó y las estatuas se perdieron en el fondo del lago. Más adelantes se recuperaron éstas (no recuerdo si fue algunos años despues, pues este detalle se me olvidó), y desde entonces se las reverencia con renovada admiración como si fuesen testigos de un milagro.


En el Lago Inle es especialmente interesante observar la técnica particular que tienen los pescadores locales para lanzar sus redes al agua y para remar sus botes. Éstos adjuntan su único remo a una de sus piernas, y así van remando mediante habilidosos movimientos con su pierna. Mientras tanto mantienen el equilibrio parados sobre el otro pie dentro del bote.




























































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