El templo hindú de Pashupatinath es, en mi opinión, el principal lugar que uno debería visitar cuando si va a la capital de Nepal para turismo. El complejo entero representa la ciudad de Varanasi (Benares) en menor escala, y al igual que allí se pueden apreciar cientos de pequeños templos donde viven Sadhus (renunciantes ermitaños hindúes, considerados como santos), Pujas (rituales religiosas), el río Bagmati que pasa a través del complejo entero y que representa el río Ganges, cremaciones permanentemente, Aarti Pujas, peregrinos, toros y monos vagando libremente y tratados con reverencia, el templo principal dedicado al dios Shiva, etc. La ciudad de Benares se encuentra en todo sentido representada aquí.
El templo de Pashupatinath es considerado Patrimonio Histórico de la Humanidad por la UNESCO. También es uno de los templos de Shiva más importantes del mundo (sólo superado en importancia por el templo de Kashi Vishwanath, principal templo de Shiva en el mundo que se encuentra en la ciudad misma de Varanasi). Asimismo, Pashupatinath es el templo más antiguo de todo Nepal, y aunque se desconoce con certeza cuándo fue construido, se estima que allá por el año 400 D.C. éste ya existía. O sea, tiene una antigüedad de al menos 1600 años.
Desde entonces, al igual que en Benares, ese sitio ha sido el punto central de la religión hindú en Nepal. Allí se lavaban los difuntos, se cremaban, residen los ancianos indigentes esperando el momento de su muerte para ser cremados, deambulan los Sadhus y realizan son rituales en sus pequeños templos que hacen a la vez de ermitas, van a realizar ofrendas ante el Shiva Lingam que se encuentra dentro del templo principal, etc.
Cuando estuve ahí a fines en septiembre y octubre hacía apenas un año que habían duplicado el precio de la entrada. Para los turistas la entrada cuesta 1000 Rupias, que son unos USD 10 (un precio realmente elevado comparativamente para los precios de Nepal).
Uno de los primeros edificios que se pasan a mano derecha es una especie de hospicio donde viven ancianos que no tienen los medios económicos para sobrevivir. Allí permanecen literalmente esperando el tiempo de morir, y el lugar acepta donaciones para comprar la madera necesaria para cremar sus cuerpos cuando llegue el momento. En Benares existe esta misma institución que es dirigida por el sindicato que monopoliza la venta de la madera y las cremaciones. Como éste se considera un oficio indigno, porque contamina el alma de que lo ejecuta, es una función exclusiva de los llamado "intocables". Y en Benares son los que tienen el derecho por ley de monopolizar este negocio. A tal punto que el hombre más rico de Benares es el que está al frente del mismo.
En la religión hindú, cuando uno muere debe ser cremado (quemado) para destruir todas las impurezas. Las únicas personas de la religión hindú que no necesitan ser cremados son los Sadhús, porque se considera que éstos, al ser hombres santos, ya son puros y su cuerpo no necesita pasar por el fuego. Entonces, al morir, son los únicos que son enterrados.
El templo principal (el segundo templo de Shiva más importante del mundo) tiene una enorme estatua de un toro pintado al oro, y su reliquia más importante es el Shiva Lingam que se encuentra adentro. Lingam es un objeto fálico que representa la energía masculina creadora de Shiva, el dios principal de la Tríada hindú (equiparable al dios padre de la trinidad cristiana).
Desgraciadamente los extranjeros tienen prohibida la entrada al templo de Shiva, del mismo modo que no pueden entrar al templo de Kashi Vishwanath en Varanasi. Pero mientras que en Varanasi la entrada está protegida por militares armados con ametralladoras, aquí son sólo guardias civiles que amablemente se disculpan por no poder dejar pasar a los extranjeros. Esto es acorde con la personalidad de los nepaleses, que son personas agradables, tímidas y amables.
Hay, sin embargo, un cierto sinsentido y contradicción en esta prohibición. Porque en teoría es una discriminación religiosa, porque el templo es un lugar muy sagrado para los hindúes. Pero en la práctica es abiertamente una discriminación racial. Esto lo confirmé la segunda vez que fui y que conversé un poco con el guardia que cuidaba la entrada. El hecho es que los indios y los nepaleses que claramente son católicos, budistas o de cualquier otra religión (sin necesidad de ocultarlo) pueden entrar al templo. Pero cualquier persona de una raza diferente, aunque acredite ser budista o hindú de religión, no tiene paso al interior del principal templo sagrado. Entonces le dije al guardia "A fin de cuentas es sólo una discriminación racial". Él, pensó unos segundos, y contestó con un simple sí :-D Me pareció muy gracioso. Claro que esto es inconsciente, porque el pueblo nepalés es amable por naturaleza. Esto es sólo una tradición que siguen, por más que claramente carezca de coherencia.
La razón por la que dentro del gran área abierta del templo (lo que llamo el complejo entero, no el templo principal, que es exclusivo) está lleno de animales vagando libremente, y especialmente toros y monos, es que estos son considerados animales sagrados, y especialmente dentro de ese lugar. Los toros, porque representan la fuerza masculina del dios Shiva. Y los monos, porque el principal devoto del dios Rama era Hanuman, "el rey de los monos" (pero acá no estamos hablando de Tarzán). A mí me llevó un tiempo de andar por India y Nepal acostumbrarme a pasar al lado de inmensos toros y búfalos, a pocos centímetros de sus cuernos, sin pánico de que me fueran a atacar. Pero en esos lugares estos animales son muy mansos.
Los Sadhus son renunciantes o ermitaños de la religión hindú. La mayoría de ellos son indios que han peregrinado hasta allí desde Benares, a cumplir con alguna misión o llamado espiritual. Éstos son célibes, vegetarianos, no deben procurar negocio ni hacer dinero (aunque aceptan donaciones para comprar leña para mantener el Duni o fuego sagrado de sus ermitas), viven casi desnudos, usando un hábito naranja muy característico que deja parte de su torso al descubierto, y la mayor parte de las piernas.
Lo interesante es que a pesar de estas restricciones mundanas, los Sadhus fuman marihuana a diario, y lo ven como algo positivo que les ayuda en sus estados de meditación, rituales sagrados y oraciones. Dentro de sus templos vienen a diario seguidores a compartir parte del día. Éstos cantan, tocan algún instrumento, conversan, y también comparten la ronda de fumar marihuana. Entre todos toman la hierba y la amasan un rato cada uno para extraer la resina y potenciar el efecto de la misma. Ésta se fuma con tradicional pipa hindú, formada por una tubo de cerámica más ancho sobre la parte por donde se coloca la marihuana. Sobre ésta se coloca una brasa encendida, y del otro lado se coloca cualquier trozo de tela a modo de filtro, a través del cual se aspira el aire. Cada vez que se enciende una nueva pipa de marihuana, es al Sadhu principal a quién corresponde encenderla y comenzar la ronda. Éste es quien va cuidando el fuego del Duni para que permanezca encendido las 24 hs. de cada día, y también prepara con sus manos los chapati (pan indio de la clase más barata y simple) para la comida. Ambas veces me tuve que retirar antes de la comida, pero quizás la comida fuese luego repartida entre todos los participantes.
En Nepal se consigue marihuana de tres categorías diferentes, dependiendo de la calidad. La más alta y mejor se llama "Cristal". En los Himalayas la planta de canabis silvestre crece por todos lados. Hay plantaciones de kilómetros, y cualquiera puede ir allí y juntar lo que quiera. Hasta se encuentran entre los arbustos dentro de los jardines de los hostales. Por eso en Katmandú, a pesar de que allí la marihuana es más cara que en el resto del país, un kilogramo de la calidad "Cristal" cuesta sólo USD 60. Por esta razón, es posible juntar suficiente dinero entre todos los seguidores de cada Sadhu para tener a diario una cantidad suficiente para fumar en ronda a lo largo del día.
A las 6 de la tarde, todos los días, hay un Puja (ritual religioso) llevado a cabo por los Sadhús y en presencia de los seguidores que ellos invitan a su pequeño templo. También hay otro temprano por las mañanas. Pero esto es independiente de los Pujas mayores que se llevan a cabo en la explanada principal del complejo, frente al río.
Como dato interesante, obviamente al igual que en Benares, los Sadhus amasan con las mismas manos sucias con las que se limpian luego de hacer sus necesidades (allí no usan papel; se limpian con la mano izquierda), con las que fuman, atizan el fuego, etc. A lo sumo se enjuagan las manos en agua, pero no usan jabón.
Sobre las márgenes del río que pasa a través del complejo se realizan cremaciones el día entero (quizás también la 24 hs. del día, como en Varanasai, aunque los turistas deben retirarse luego de las 7 de la tarde). Se necesitan aproximadamente 80 kg. de madera para quemar un cuerpo. Los cuerpos se colocan sobre sus piras respectivas vestidos en hábitos fúnebres bastante coloridos. Hay un brahmin o sacerdote hindú que realiza las oraciones y ceremonia. Y luego alguien que se encarga de atizar el fuego y de ir removiendo y juntando los trozos de cuerpo que se van separando a medida que se quema. El momento más característico de un "buen quemado" es cuando se escucha el "crack" del estallido del cráneo. Una vez que se consume el fuego por completo, los perros del lugar tienen el permiso de llevarse cualquier trozo de hueso que haya quedado sin quemar. Y el resto se tira todo dentro del río.
Durante todo este proceso los parientes hombres de la persona fallecida permanecen sentados observando la ceremonia en silencio. No existe una prohibición explícita de que las mujeres vayan, pero es una tradición que sólo vayan los hombres. Esto se debe a que los hindúes creen que si alguien llora por el difunto durante la ceremonia, el alma del difunto no descansará en paz. Y según esta tradición, las mujeres tienden a no poder contener el llanto, y de ahí surgió la costumbre de que se queden en las casas mientras los hombres asisten al ritual de cremación.
El templo de Pashupatinath es considerado Patrimonio Histórico de la Humanidad por la UNESCO. También es uno de los templos de Shiva más importantes del mundo (sólo superado en importancia por el templo de Kashi Vishwanath, principal templo de Shiva en el mundo que se encuentra en la ciudad misma de Varanasi). Asimismo, Pashupatinath es el templo más antiguo de todo Nepal, y aunque se desconoce con certeza cuándo fue construido, se estima que allá por el año 400 D.C. éste ya existía. O sea, tiene una antigüedad de al menos 1600 años.
Desde entonces, al igual que en Benares, ese sitio ha sido el punto central de la religión hindú en Nepal. Allí se lavaban los difuntos, se cremaban, residen los ancianos indigentes esperando el momento de su muerte para ser cremados, deambulan los Sadhus y realizan son rituales en sus pequeños templos que hacen a la vez de ermitas, van a realizar ofrendas ante el Shiva Lingam que se encuentra dentro del templo principal, etc.
Cuando estuve ahí a fines en septiembre y octubre hacía apenas un año que habían duplicado el precio de la entrada. Para los turistas la entrada cuesta 1000 Rupias, que son unos USD 10 (un precio realmente elevado comparativamente para los precios de Nepal).
Uno de los primeros edificios que se pasan a mano derecha es una especie de hospicio donde viven ancianos que no tienen los medios económicos para sobrevivir. Allí permanecen literalmente esperando el tiempo de morir, y el lugar acepta donaciones para comprar la madera necesaria para cremar sus cuerpos cuando llegue el momento. En Benares existe esta misma institución que es dirigida por el sindicato que monopoliza la venta de la madera y las cremaciones. Como éste se considera un oficio indigno, porque contamina el alma de que lo ejecuta, es una función exclusiva de los llamado "intocables". Y en Benares son los que tienen el derecho por ley de monopolizar este negocio. A tal punto que el hombre más rico de Benares es el que está al frente del mismo.
En la religión hindú, cuando uno muere debe ser cremado (quemado) para destruir todas las impurezas. Las únicas personas de la religión hindú que no necesitan ser cremados son los Sadhús, porque se considera que éstos, al ser hombres santos, ya son puros y su cuerpo no necesita pasar por el fuego. Entonces, al morir, son los únicos que son enterrados.
El templo principal (el segundo templo de Shiva más importante del mundo) tiene una enorme estatua de un toro pintado al oro, y su reliquia más importante es el Shiva Lingam que se encuentra adentro. Lingam es un objeto fálico que representa la energía masculina creadora de Shiva, el dios principal de la Tríada hindú (equiparable al dios padre de la trinidad cristiana).
Desgraciadamente los extranjeros tienen prohibida la entrada al templo de Shiva, del mismo modo que no pueden entrar al templo de Kashi Vishwanath en Varanasi. Pero mientras que en Varanasi la entrada está protegida por militares armados con ametralladoras, aquí son sólo guardias civiles que amablemente se disculpan por no poder dejar pasar a los extranjeros. Esto es acorde con la personalidad de los nepaleses, que son personas agradables, tímidas y amables.
Hay, sin embargo, un cierto sinsentido y contradicción en esta prohibición. Porque en teoría es una discriminación religiosa, porque el templo es un lugar muy sagrado para los hindúes. Pero en la práctica es abiertamente una discriminación racial. Esto lo confirmé la segunda vez que fui y que conversé un poco con el guardia que cuidaba la entrada. El hecho es que los indios y los nepaleses que claramente son católicos, budistas o de cualquier otra religión (sin necesidad de ocultarlo) pueden entrar al templo. Pero cualquier persona de una raza diferente, aunque acredite ser budista o hindú de religión, no tiene paso al interior del principal templo sagrado. Entonces le dije al guardia "A fin de cuentas es sólo una discriminación racial". Él, pensó unos segundos, y contestó con un simple sí :-D Me pareció muy gracioso. Claro que esto es inconsciente, porque el pueblo nepalés es amable por naturaleza. Esto es sólo una tradición que siguen, por más que claramente carezca de coherencia.
La razón por la que dentro del gran área abierta del templo (lo que llamo el complejo entero, no el templo principal, que es exclusivo) está lleno de animales vagando libremente, y especialmente toros y monos, es que estos son considerados animales sagrados, y especialmente dentro de ese lugar. Los toros, porque representan la fuerza masculina del dios Shiva. Y los monos, porque el principal devoto del dios Rama era Hanuman, "el rey de los monos" (pero acá no estamos hablando de Tarzán). A mí me llevó un tiempo de andar por India y Nepal acostumbrarme a pasar al lado de inmensos toros y búfalos, a pocos centímetros de sus cuernos, sin pánico de que me fueran a atacar. Pero en esos lugares estos animales son muy mansos.
Los Sadhus son renunciantes o ermitaños de la religión hindú. La mayoría de ellos son indios que han peregrinado hasta allí desde Benares, a cumplir con alguna misión o llamado espiritual. Éstos son célibes, vegetarianos, no deben procurar negocio ni hacer dinero (aunque aceptan donaciones para comprar leña para mantener el Duni o fuego sagrado de sus ermitas), viven casi desnudos, usando un hábito naranja muy característico que deja parte de su torso al descubierto, y la mayor parte de las piernas.
Lo interesante es que a pesar de estas restricciones mundanas, los Sadhus fuman marihuana a diario, y lo ven como algo positivo que les ayuda en sus estados de meditación, rituales sagrados y oraciones. Dentro de sus templos vienen a diario seguidores a compartir parte del día. Éstos cantan, tocan algún instrumento, conversan, y también comparten la ronda de fumar marihuana. Entre todos toman la hierba y la amasan un rato cada uno para extraer la resina y potenciar el efecto de la misma. Ésta se fuma con tradicional pipa hindú, formada por una tubo de cerámica más ancho sobre la parte por donde se coloca la marihuana. Sobre ésta se coloca una brasa encendida, y del otro lado se coloca cualquier trozo de tela a modo de filtro, a través del cual se aspira el aire. Cada vez que se enciende una nueva pipa de marihuana, es al Sadhu principal a quién corresponde encenderla y comenzar la ronda. Éste es quien va cuidando el fuego del Duni para que permanezca encendido las 24 hs. de cada día, y también prepara con sus manos los chapati (pan indio de la clase más barata y simple) para la comida. Ambas veces me tuve que retirar antes de la comida, pero quizás la comida fuese luego repartida entre todos los participantes.
En Nepal se consigue marihuana de tres categorías diferentes, dependiendo de la calidad. La más alta y mejor se llama "Cristal". En los Himalayas la planta de canabis silvestre crece por todos lados. Hay plantaciones de kilómetros, y cualquiera puede ir allí y juntar lo que quiera. Hasta se encuentran entre los arbustos dentro de los jardines de los hostales. Por eso en Katmandú, a pesar de que allí la marihuana es más cara que en el resto del país, un kilogramo de la calidad "Cristal" cuesta sólo USD 60. Por esta razón, es posible juntar suficiente dinero entre todos los seguidores de cada Sadhu para tener a diario una cantidad suficiente para fumar en ronda a lo largo del día.
A las 6 de la tarde, todos los días, hay un Puja (ritual religioso) llevado a cabo por los Sadhús y en presencia de los seguidores que ellos invitan a su pequeño templo. También hay otro temprano por las mañanas. Pero esto es independiente de los Pujas mayores que se llevan a cabo en la explanada principal del complejo, frente al río.
Como dato interesante, obviamente al igual que en Benares, los Sadhus amasan con las mismas manos sucias con las que se limpian luego de hacer sus necesidades (allí no usan papel; se limpian con la mano izquierda), con las que fuman, atizan el fuego, etc. A lo sumo se enjuagan las manos en agua, pero no usan jabón.
Sobre las márgenes del río que pasa a través del complejo se realizan cremaciones el día entero (quizás también la 24 hs. del día, como en Varanasai, aunque los turistas deben retirarse luego de las 7 de la tarde). Se necesitan aproximadamente 80 kg. de madera para quemar un cuerpo. Los cuerpos se colocan sobre sus piras respectivas vestidos en hábitos fúnebres bastante coloridos. Hay un brahmin o sacerdote hindú que realiza las oraciones y ceremonia. Y luego alguien que se encarga de atizar el fuego y de ir removiendo y juntando los trozos de cuerpo que se van separando a medida que se quema. El momento más característico de un "buen quemado" es cuando se escucha el "crack" del estallido del cráneo. Una vez que se consume el fuego por completo, los perros del lugar tienen el permiso de llevarse cualquier trozo de hueso que haya quedado sin quemar. Y el resto se tira todo dentro del río.
Durante todo este proceso los parientes hombres de la persona fallecida permanecen sentados observando la ceremonia en silencio. No existe una prohibición explícita de que las mujeres vayan, pero es una tradición que sólo vayan los hombres. Esto se debe a que los hindúes creen que si alguien llora por el difunto durante la ceremonia, el alma del difunto no descansará en paz. Y según esta tradición, las mujeres tienden a no poder contener el llanto, y de ahí surgió la costumbre de que se queden en las casas mientras los hombres asisten al ritual de cremación.
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